lunes, 7 de noviembre de 2011

Una herida abierta


Tenía quince años cuando nos conocimos, diecisiete cuando empezamos a ser amigas íntimas.

Recuerdo especialmente y con cariño el verano en que mi hermana se fue de viaje a Perú y me dejó las llaves de su piso. yo acababa de romper mi relación con Sergio, mejor dicho, él me había dejado y ese piso se convirtió en una especie de fortaleza donde tu, Cisco, Manolo y yo(tb Dani a veces)pasamos muchas noches de aquel verano del 2000. Érais, en verdad, más amigos de mi reciente exnovio que míos. Al menos a él le conocíais de antes, pero la amistad surgió entre todos nosotros y os convertisteis en mi mejor apoyo. Ytu en mi mejor amiga. Cómo no recordar tu risa, tu resplandeciente sonrisa y aquéllos picnics que hacíamos algunos domingos en el Parc Nou. Volvíamos a casa siempre cantando. Porque te encantaba cantar. Tenías la capacidad de aparecer por mi casa, siempre de manera inesperada, justo cuando yo estaba apunto de ver una película. Unos días antes de aquella maldita mañana viniste a mi casa. Esta vez habíamos quedado, era martes y pedimos unas pizzas para cenar. Nos reimos como nunca y hablamos coo siempre. Sobretodo de los chicos del grupo. Ah! Los chicos!

Tres días después, el viernes a las 11 de la mañana, Dani me llamó al móvil. Me contó que habías muerto. Una muerte súbita, de imprevisto, en tu casa, la noche anterior. Las moiras no perdonan una sonrisa como la tuya y nos la arrebataron. Los chicos me esperaban debajo de casa. Habían venido todos a buscarme para ir esa tarde al tanatorio. lllamé al trabajo(trabajaba en FNAC) para decir que esa tarde no iba a ir. Mi jefe me dijo que me tomara unos días libres.

Lo que siguió a esa llamada fue una pesadilla terrible. aquella tarde en el tanatorio, haber tenido que verte dentro de una caja y tras un cristal es lo más duro(aunq no lo único) que me haya pasado nunca.

me repetía la misma frase que todos se dicen en un lugar así, la reacción más común ante la inesperada visita de la parca. yo tenía 21 años y solo podía pensar: no puede ser, si estuvo en mi casa el martes, estuvimos riendo hasta que nos dolió el estómago. han pasado siete años desde aquel maldito trece de mayo. Por eso esto es una herida abierta, la carta que jamás hubiera querido tener que escribir. Hoy ya tengo veintiocho años. No se qué pensarías de mi y de mi vida ahora. ya tengo veintiocho años y tu tendrás veintidós para siempre. Si en el cielo tenéis internet, espero que te guste mi pequeño homenaje.

6 comentarios:

  1. Le gustará, estoy segura.
    Lo peor de la historia es la realidad que te abofetea.Esa realidad que no quieres ver, pero que está ahí.Está para todos.No hace falta ser mayor, anciano...haber pasado por la vida, como se suele decir.....es la bofetada vital..la de tu amiga, la de sus 22 años.Han pasado esos años y sigue sin parecer justo que ocurra.
    Seguro que seguiríais siendo amigas....conocer todo la una de la otra, eso no se olvida..no se pierde.
    Y sabes? sigue viva, por esto que has hecho. Porque la mantienes en tu recuerdo.Nunca morirá del todo.Eso se dice de los que fallecen.Que mientras una sola persona, de las que lo hayan conocido, le recuerde, seguirá vivo.

    Triste,muy triste, pero me ha gustado.No es lacrimógeno y sí natural.Se lee con tranquilidad. Sin dramas. Seguramente como eres tú, como sería ella.

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  2. Yo pasé por lo mismo cuando un gran amigo se fue para siempre con 26 años, dejando un montón de sueños por cumplir, una novia que lo adoraba y decenas de personas que lo que queríamos mucho. Es duro como muy bonito es el gesto que has tenido ahora a través de esta entrada. Un saludo.

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  3. Recuerdo ese verano, el tiempo había empezado a acelerar y ese era entre otros, un síntoma que estábamos dejando muy atrás la infancia y era mas difícil vivir las cosas como algo nuevo.
    Nos sentíamos con derecho a quejarnos por pequeñas cosas y mantener una pose casi de estar de vuelta de todo cuando apenas habíamos empezado a vivir.
    Sabes, cerrando los ojos estaba allí y tenia una sonrisa de estúpido en la cara y una sensación de tibieza que me hubiera dejado dormir tranquilo esta noche de no querer compartir estas lineas.
    Recuerdo cada detalle, conversación las ventanas el fino de las paredes.
    Me acuerdo de las confesiones intimas, del deseo que desprendías siendo cercana y a la vez inaccesible en un tiempo en que mas que nunca sentí que de verdad somos el sexo débil jajaja
    Ahora 11 años después , cogería ese momento le haría una foto y pondría la leyenda JUVENTUD
    Como en parte esta es una ventana abierta a otro tiempo y un homenaje.
    Diré sin adornos y narrativa que siempre querré a Eli nunca he dejado de hablar de ella, nunca he preferido no pensar en ella por miedo a ponerme triste.
    También es justo decir que con ella se fue una parte de mi, seguro que subscribes estas palabras mi dulce upiro y añadiría que me siento feliz de estar vivo aunque desde que perdí el aliento delante del mortecino cristal tengo la sensación de que el sol calienta menos que las emociones se diluyen y que todo se ha tornado mas tibio.
    Con una sonrisa termino estas palabras sabiendo que siempre bailara conmigo y tu siempre tendrás el poder de recordarme que una vez hace demasiado ... Fuimos jóvenes. Un beso

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  4. precioso homenaje. Me ha llegado al corazón. Lo siento.

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  5. Es curioso. No tengo problema en hablar de sobre la reciente muerte de mi padre aun siendo reciente y cuanto me cuesta rememorar la muerte de Eli. No me mal interpretéis, ambas me duelen. Me duelen mucho. Pero aunque siento liberación y calma al hablar de mis sentimientos sobre la primera, tengo demasiadas dudas existenciales sobre las segunda.

    Por qué? Es la pregunta para la que no hallo respuesta. Porqué el destino me permitió sobrevivir al menos 3 veces durante mi hospitalización de Octubre del 2006 (sospecho que fue alguna más aunque los médicos nunca quisieron confirmarlo) para después arrebatarme una parte de mi meses más tarde. La vida no es justo, aun más no tiene sentido alguno.

    Es curioso como funciona el celebro humano, como olvidamos cosas y como nos aferramos a lo más absurdo. Sabes? Aun guardo la última transcripción de nuestra última conversación de messenger, tal solo un par de horas antes que murieras. Teníamos que hablar. Querías contarme que todo te iba bien y que después de una gran temporada de altibajos por fin eras feliz. No puedo evitar que esas últimas lineas me hagan sonreír y llorar al mismo tiempo. No puedo evitar sentir como si me atravesaran el corazón cada vez que lo leo. Me resisto a echarte de menos, porque echarte de menos significa aceptar que te has marchado y no lo acepto. Recuerdas que siempre te decía que tu vida era un musical? "La vida no fue igual sin ti. Sin ti la vida ya no es nada. De que me serviría vivir si al final no te encontrara..."

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