lunes, 31 de octubre de 2011

Tu vida en 65'




Si tuviera que contar mi vida en 65 minutos, no sería capaz. Me faltarían minutos, horas, días, para contabilizar todas las miradas que crucé con desconocidos en algún autobús, y lo mucho que me inspiraron las miradas o sonrisas que me devolvieron. Los amores a primera vista

O todos los besos que, a menudo, no me dejan dormir. Las habitaciones que abandoné a oscuras, de puntillas, para no hacer ruido. Los amigos que perdí por el camino. Los que recuperé. Los que gano cada día. Y, sobretodo, los besos(y los versos) que me faltan por dar. No, 65 minutos no son suficientes, en absoluto.

Un beso, tan solo



Fue tan solo un beso, unos segundos apenas, hace años. Pro bastó esa delicada y tierna presión contra mis labios para conquistarme. Hace años, también, que cerraron la discoteca donde tuvo lugar, y con su cierre mi nostalgia. Vinieron otros, menos dulces pero más apasionados, y casi nos perdimos la vista, hasta ser dos manchas en el horizonte del otro.

Quizás no signifiqué nada para ti, puede que solo sea un vago recuerdo y que tu hayas olvidado aquel beso, ppero yo, para bien o mal, tengo memoria. Y recuerdo ese instante con absoluta perfección. Tus ojos marrones, aunque eso lo supe la mañana siguiente. Roncabas tanto que pensé en salir de tu casa y llamar a un taxi para volver a mi apacible y silenciosa cama. Pero me quedé. No fueron muchas más veces, quizás no fueron las suficientes.

sábado, 29 de octubre de 2011





Sueño. Sueño que vivo en una isla pequeña, de casas blancas, bañada por el Mediterráneo. Trabajo de camarera por las noches. No me limito a servir copas. Adivino qué desean los clientes antes incluso de que lo piensen. Me pagan bien. He vuelto a fumar porque en sueños fumar no daña la salud. De madrugada, cuando vuelvo a casa, me tomo una copa de vino tinto y observo la playa desde el balcón. Nunca puedo evitar la tentación de bajar descalza hasta la arena y bailar. Estoy sola y no hay música, pero qué importa. Yo bailo de todas formas, la copa de vino aún en mi mano, y la mirada puesta en el horizonte. Un marinero llega. Hace tiempo que viaja, eso indican sus párpados cansados. Podría, incluso, tratarse de Ulises. Baja de su velero y se acerca a mi. Comenzamos a bailar. A él tampoco parece importarle que no suene música alguna en toda la isla.

El sol comienza a despuntar y el sueño ha de terminar. El viajero cansado y yo nos despedimos al amanecer. Me quedo en la orilla observando como zarpa mientras las olas bañan mis pies. Ya no queda vino en la copa.

Ni marineros en la isla.

martes, 4 de octubre de 2011










"Me sorprendo reconociendo qué no se quien eres
pero que aun así estás en mi mente todo el tiempo.

Quizás si llegara a saberte después de tantos años

puede que ni me cayeras bien. Seguro que nos aburriríamos

juntos y al vernos no veríamos nada. Así que mientras,
sigo imaginándote o, en realidad, inventando gestos y palabras
que tu ni haces ni dices. Me invento tu risa cuando tu al parecer no ríes casi nunca.

He creado un mismo tu con tu físico y lo sé.

Si llegaras a conocerme se romperían los gestos que has inventado para mi? Nadie lo sabe, sin embargo.
Nadie nos imagina inventándonos el uno al otro. Equivocándonos, claro"

El texto es de hace bastante tiempo