martes, 6 de septiembre de 2011




Antes era de noche cuando me daba por pensar en los besos que nunca me dieron. Ahora el pensamiento(una entidad en si mismo), me sucede en cualquier momento, aparece y suelta un huracán en mi cuerpo, por donde ya nunca volverá a pasar nada más


Me traiciono todos los días desde un lugar escondido dentro de mi estómago. Me miento, invento, me creo mi mentira, finjo que no me duele, finjo que no te has ido, que te importa algo de todo esto.

2 comentarios:

  1. El último párrafo es tan doloroso como glorioso. BRavo.

    Saludos,

    R

    ResponderEliminar
  2. uno se traiciona a sí mismo mil veces al día...cómo no esperar que lo hagan los demás? finge ser honesto contigo mismo..total, los demás tb fingen serlo con ellos mismos...y para rematar: también contigo! un abrazo.

    ResponderEliminar

Deshoja la rosa