sábado, 13 de julio de 2013

But my name was Elisa Day

A veces tenía miedo de que le volviera a explotar la cabeza, y de que esta vez no fuera capaz de salir del limbo eterno de los sueños.
Y ese día siempre trataba de no olvidar que la vida, a fin de cuentas, es como un gran reloj cuyas agujas van al revés, descontando cada minuto que nos queda. Y aun le daba mal rollo a veces escuchar "Venus in furs", esa canción enfermiza de la Velvet Underground.

Lo que le gustaba era recordar el agua fría de las playas de Cádiz, y aquellas partidas a las cartas en el camping, ya de noche. Esas partidas que inexplicablemente siempre ganaba ella. Aún le funcionaban bien los plomos, en aquellos días de vino y cámping.

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