sábado, 29 de octubre de 2011





Sueño. Sueño que vivo en una isla pequeña, de casas blancas, bañada por el Mediterráneo. Trabajo de camarera por las noches. No me limito a servir copas. Adivino qué desean los clientes antes incluso de que lo piensen. Me pagan bien. He vuelto a fumar porque en sueños fumar no daña la salud. De madrugada, cuando vuelvo a casa, me tomo una copa de vino tinto y observo la playa desde el balcón. Nunca puedo evitar la tentación de bajar descalza hasta la arena y bailar. Estoy sola y no hay música, pero qué importa. Yo bailo de todas formas, la copa de vino aún en mi mano, y la mirada puesta en el horizonte. Un marinero llega. Hace tiempo que viaja, eso indican sus párpados cansados. Podría, incluso, tratarse de Ulises. Baja de su velero y se acerca a mi. Comenzamos a bailar. A él tampoco parece importarle que no suene música alguna en toda la isla.

El sol comienza a despuntar y el sueño ha de terminar. El viajero cansado y yo nos despedimos al amanecer. Me quedo en la orilla observando como zarpa mientras las olas bañan mis pies. Ya no queda vino en la copa.

Ni marineros en la isla.

3 comentarios:

  1. Bien!!! sigue!!!! Te escucho/leo!!

    R

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  2. Es tu nuevo blog? Cuántos tienes ya? jajaja.

    Sigue con ello y dale duro.

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  3. Tengo 3 blogs(n uno ya no escribo) y u2 fotologs(n uno tpoco escribo ya) gracias x pasaros x aquí

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Deshoja la rosa